Sonreír mientras la muerte nos acecha, cosa de hondureños

El sistema nos limita y pone ante nosotros un mundo de necesidades
Para superarlas unos se meten a estudiar duro pero este no es un privilegio que todo el mundo tiene, otros se comienzan a dedicar de a poco al comercio, otros trabajos temporales y con frecuencia vuelven a quedar desempleados, otros buscan opciones ingresando a la policía y al ejercito, otros son arrastrados por las mismas necesidades del a quedar en las filas del narcotrafico en nuestro país, otros son arrastrados de forma mas cruel incluso a encontrar una familia en las maras y así vienen una serie de formas que puede el hondureño encontrar para sobrevivir tratando de huir de la pobreza o aprendiendo a acomodarse a ella.
De cada uno se entiende el lugar en que este, ante los embates de la pobreza en Honduras se sobrevive y a veces las opciones frente a vos son pocas y tomas la primera que te pasa por delante, es fácil juzgar a los demás pero vivir la pobreza es cosa muy aparte.
Lo que no entiendo es la clase política de nuestro país, por un lado tienen la ley y por otro al narcotrafico, por otro tienen una serie de grupos criminales que se ponen siempre a sus ordenes, lo que no tienen es hambre, no tienen necesidades, no hay sufrido pobreza, tienen los medios para pasar una vida solvente y en cima de eso le roban al pueblo.

Mientras el beso de la muerte nos asecha tratamos de ser felices y sonreír hasta el ultimo momento, a veces, inconscientes de lo terrible que nos espera al despertar un día en una cama, enfermos y sin ninguna esperanza porque toda vida ya trae un precio y es el precio que le dio el mercado a cada uno de los medicamentos que han de venir a calmar las enfermedades -que los mismos dueños del sistema desarrollaron en laboratorios donde desarrollan armas biológicas- que han de matarnos poco a poco, podemos morir nosotros o podemos ver morir a los que mas nos importan, eso no podemos elegirlo nosotros y es aquí en donde el dinero cobra verdadera importancia.

A veces es menos violenta una muerte a balazos que una muerte en cama auspiciada por los grupos de poder para los cuales tu felicidad es un negocio redondo. La muerte puede tener un sentido distinto para cada uno, para muchos lo mejor seria morir en la vejez rodeado de hijos y nietos, para otros una muerte heroica salvando a alguien o a algo en lo que cree, para otros una muerte en la cual lo acompañe la velocidad de su moto pero en ninguna creo que este las enfermedades que nos envían desde los laboratorios las clases dominantes de las naciones dominantes; a las cuales, la clase política y empresarial de nuestro país busca parecerse e intercarse.

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